jueves, 29 de octubre de 2009

Sociedad Capitalista

Sociedad capitalista
La sociedad capitalista o sociedad industrial se refiere al conjunto de clases sociales que conviven en la modernidad y que se pueden dividir desde enfoques que van de la teoría bi-clasista antagónica (proletariado/burguesía) hasta los análisis múltiples de la sociología contemporánea. La sociedad capitalista o industrial nace de la vinculación política y económica de las transformaciones culturales que dieron paso a la modernidad (revoluciones burguesas) donde se encuentra un fundamento que pone al hombre como un ser ilimitado. Esta idea fue apoyada por la llamada teoría del progreso continuo, nacida de las bases religiosas del tiempo lineal y que permitió una forma revolucionaria de ver al mundo; a través de la industrialización que devino en una progresiva secularización (pérdida de la injerencia religiosa) con lo que se terminó de hacer de la modernidad una revolución que marcó un antes y un después en la historia del hombre. Sin embargo, a finales del siglo XX la modernidad comienza un rápido proceso de cuestionamiento en la que la sociedad capitalista toma una nueva dirección, alejándose de su origen industrial y dirigiéndose a la llamada sociedad posmoderna en la que el capitalismo adquiere una nueva dimensión de proceso reciente. Las causas tienen que ver con el deterioro ecológico, la crisis de las instituciones sociales fundamentales y la desindustrialización.




Capitalismo
El capitalismo es un sistema económico (y por tanto también interactúa con sistemas sociales) en el que los seres humanos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante transacciones en las que intervienen los precios y los mercados.
Surgido en Europa en el siglo XVI y concebido al menos, de tres formas diferentes dependiendo del énfasis en la consideración de ciertas características como determinantes o intrínsecas desde enfoques respectivamente políticos, culturales y sociales, sin que esto implique una exclusión mutua de las diferentes definiciones.
En cada caso existe una referencia en el origen etimológico de la palabra capitalismo a la idea de capital, y estas referencias son codependientes: quienes crean o adquieren capital permanecen como propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción; la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado de productos y servicios es el eje central de la vida económica.
Estas definiciones serían:
• El régimen económico en el cual la titularidad de los medios de producción es privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de capital industrial basado en la propiedad privada.
• La estructura económica en la cual los medios de producción operan principalmente en función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan empresarialmente en función de la inversión de capital y hacia la consecuente competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.
• El orden económico en el cual predomina el capital sobre el trabajo como elemento de producción y creación de riqueza, sea que dicho fenómeno se considere como causa o como consecuencia del control sobre los medios de producción por parte de quienes poseen el primer factor.
Salvo en su específica combinación ninguna de las siguientes características es exclusiva del capitalismo: la motivación basada en el cálculo costo-beneficio dentro de una economía de intercambio basada en el mercado, el énfasis legislativo en la protección de un tipo específico de apropiación privada (en el caso del capitalismo particularmente lockeana), o el predominio de las herramientas de producción en la determinación de las formas socioeconómicas. Así, sólo el conjunto codependiente de tales características puede ser considerado un sistema capitalista, organizativamente en torno a las relaciones sociales que produce en determinados espacios, independientemente se vea de forma favorable o no, sería:
• El sistema económico en el cual las relaciones sociales de producción y el origen de la cadena de mando –incluyendo la empresaria por delegación– se establece desde la titularidad privada y exclusiva de los accionistas de una empresa en función de la participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante un trabajo colectivo y conjunto, material e inmaterial, por cada uno de los actores de la misma empresa.
Por extensión se denomina capitalista a la clase social más alta de este sistema económico ("burguesía"), o bien a la forma común que tendrían los intereses individuales de los propietarios de capital en tanto accionistas y patrones de empresas; también se denomina capitalismo a todo el orden social y político (legislación, idiosincrasia, etc.) que orbita alrededor del sistema y a la vez determina estructuralmente las posibilidades de su contenido.





Origen
Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización la edad moderna.
Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.
Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.
El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.

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